La verdadera riqueza
Cada mañana, solía pasear por la playa, y siempre veía a un pescador dormitando en su barca. Un día se le acercó y, tras los saludos de rigor, le dijo:
—Y usted… ¿no sale a pescar?
—Bueno… sí… —repuso el pescador—: salí esta mañana temprano, y no se dio mal.
—Y… ¿no va a salir otra vez?
— ¿Para qué? Ya pesqué lo suficiente para hoy.
—Pero si usted pescara más, conseguiría más dinero, ¿no?
— ¿Y para qué quiero más dinero, señor?
—Bueno, con más dinero podría usted tener un barco más grande.
— ¿Un barco más grande?
—Pues claro… Con un barco mayor usted conseguiría más pesca, y más pesca significa más dinero.
— ¿Y para qué quiero yo tanto dinero?
—Pero… ¿no lo entiende usted?: con más dinero podría comprar varios barcos, y entonces pescaría mucho más, y se podría hacer rico.
— ¿Yo? ¿Ser rico?
—Sí, claro… ¿acaso no desea ser rico? Podría usted comprarse una casa bonita, tener un coche, viajar, tener toda clase de comodidades…
— ¿Y para qué quiero yo esas comodidades?
— ¡Dios mío!… ¿Cómo es posible que no lo entienda?…
Si usted tuviera comodidades y riquezas, entonces podría usted retirarse a disfrutar y descansar.
—Pero, caballero… ¿no ve usted
que eso es justo lo que estoy haciendo ahora?
Espero que les haya gustado........
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